CONFUSIÓN. El emprendedor sueña con iniciar una empresa sin analizar las características que lo harían vivir como empresario. Ante las dificultades, el emprendedor desiste de su idea de negocio y lucha por ingresar en el mercado laboral. El empresario insiste hasta concretar su negocio.
DEJARSE LLEVAR POR LA INTUICIÓN. Cuando se tiene una idea de negocio, lo primero que se debe preguntar es: ¿qué necesidad y a quién va a satisfacer mi producto o servicio? Generalmente esta pregunta la realizan hasta que lo lanzan al mercado.Error muy grave.
PLAN DE NEGOCIOS. Es necesario establecer las guías de acción para disminuir las debilidades, mantener sus fortalezas, aprovechar las oportunidades y minimizar los riesgos, además de determinar la viabilidad de su negocio.
MEJORA CONTINUA. Una vez que se abre la empresa, los emprendedores dejan a un lado el plan de negocios que elaboraron y las mejores prácticas empresariales para operar nuevamente de manera intuitiva.
FLUJO DE EFECTIVO. El emprendedor realiza una planeación de la operación de su empresa con base en las utilidades que se generan, sin considerar su ciclo financiero, el cual le permitirá conocer sus necesidades de efectivo para un periodo determinado.
CLIENTE. El emprendedor busca afanosamente obtener pedidos iniciales. Sin embargo, minimiza la importancia que tiene el segundo pedido, ya que, en la búsqueda de nuevos clientes, no da seguimiento a los compradores cautivos.
ORGANIZACIÓN. El emprendedor es el “hombre orquesta”, ya que le cuesta mucho trabajo delegar actividades en su afán de disminuir gastos para maximizar las utilidades.
PROHIBIDO. Mezclar gastos personales con los del negocio genera descontrol y dificultad para evaluar la rentabilidad del negocio. Podrían sobregirar la capacidad del negocio.
NO HACER AUTOCRITICA. Uno de los primeros pasos que debe dar una persona que quiera lanzar una nueva idea de negocio es pensar cuáles son sus características internas estudiando en profundidad cuáles son sus debilidades, las amenazas, sus fortalezas y las oportunidades que se le presentan. Gracias a este análisis, el futuro emprendedor podrá tener claro cuáles son sus puntos fuertes y cuáles son los aspectos que tendrá que mejorar o a los que deberá prestar mayor atención.
INFLEXIBIDAD. Muchas veces la idea primigenia de modelo de negocio del emprendedor no es la más acertada y no es hasta que la empresa ya está en marcha cuando se descubren otras vías por las que esta idea puede ser más acertada y obtener más éxito. Es por ello que el emprendedor debe ser capaz de adaptar su idea a las oportunidades que se le pueden llegar a presentar, ser flexible y tener capacidad de adaptación.
MIEDO AL FRACASO. Quizá el error más extendido es el de no atreverse a dar el paso por miedo al fracaso. La mayor parte de los emprendedores de éxito han intentado emprender varias veces antes de dar con la tecla adecuada. El fracaso es aprendizaje, que una idea no tenga éxito no es más que una experiencia que el emprendedor podrá aplicar a su próxima aventura. Es importante arriesgarse.